19 sept 2011

Vida Interesante

Hoy me desperté pensando en esa frase que leí hace unos días en un taza de café que decía: "La vida empieza cuando te sales de tu zona de confort". No hay nada más cierto espositos, viendo mi vida en retrospectiva los recuerdos más intensos que tengo corresponden a situaciones en las que me encontraba venciendo mis miedos.
Ahora bien, no estoy diciendo que vayan el próximo fin de semana a tirarse del paracaídas ni nada por el estilo jaja, mi reflexión va más bien encaminada a que se atrevan a hacer esas cosas que tienen muchas ganas de hacer pero que, por alguna razón, no están seguros de intentar. 
En uno de los diálogos de la novela La Sombra del Viento, que me encuentro actualmente leyendo, Fermín, uno de los personajes dice: "El destino puede estar a la vuelta de la esquina, pero si algo no hace el destino es ir a tocar a tu puerta". Qué razonables me parecieron estas palabras, si bien ya lo había pensado varias veces en ese momento realmente entendí que uno no puede quedarse esperando al destino, hay que hacer que las cosas sucedan, hay que echarle sal y pimienta a la vida, de lo contrario seremos víctimas de la rutina, de una vida aburrida dónde todo lo tenemos bajo control. Así que cada vez que piensen: "creo que lo puedo hacer pero no estoy seguro", háganlo, punto. 
Yo empecé por pequeñas cosas como, ir a esa clase de yoga que no estaba segura de tomar por miedo a hacer el ridículo. En efecto, terminé haciendo el ridículo porque tengo cero elasticidad y las posiciones no me salen jaja pero; ¿Saben? No era la única de la clase, me dí cuenta de que habían más personas intentando la disciplina de la Yoga por primera vez igual que yo, y curiosamente la gran parte eran personas mucho mayores. ¿Será que conforme envejecemos algunos decidimos vivir la vida más intensamente? 
La semana pasada en mi clase de fotografía se sentó junto a mí un viejito como de unos 70 años, ya casi no escuchaba y me pedía que le repitiera todo lo que el profesor decía. Al final de la clase el profesor pidió que si alguien quería aprender algo en particular durante el curso se lo hiciera saber, en ese momento el único que levantó la mano muy entusiasta fue el viejito ,el profesor se sorprendió y le dio la palabra. El viejito le dijo: "Sunsets". No pude evitar sonreír de oreja a oreja al escucharlo, esa petición había sido... tan apropiada, fue como escuchar al corazón hablar, a alguien que busca alimentar el alma y vivir plenamente.

Les digo, el premio probablemente esté en estar conscientes de ello lo antes posible.

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