Cuando nos preguntan cómo le hacemos para tener un perro como Bo viviendo en un departamento, les contestamos que además de darle mucho amor y filete mignon diario jaja, Bo pasea dos veces al día durante 45-50 minutos en cada ocasión. Cada mañana Bo nos despierta con una lamida en la cara o con una sinfonía de sonidos caninos, sabe que es hora del paseo y no está dispuesto a esperar.
2. BO AMAR PASEO (wooooooof)
El paseo es uno de esos placeres fundamentales del perro, no solamente lo ayuda a relajarse y a sacar energía, sino que también estimula cómo nada su olfateo perruno. Nosotros no nos damos cuenta de ello, pero lo que para nosotros son los ojos para los perros es la nariz, es su ventana más importante para percibir el mundo.
A Bo, en particular, le gusta que lo dejemos olfatear a su antojo, sobretodo en los rincones que encuentra interesantes; también le gusta ser el guía del tour y dirigirnos en el camino ( aunque siempre termina llevándonos al parque); y cuando las condiciones lo permiten, no hay cosa que Bo ame más que ir a correr a la playa, revolcarse en la arena y saltar sobre las olas. (¿Verdad Bo? Bo dice que está totalmente de acuerdo, que en el mar la vida es más sabrosa jeje).
Sigamos el consejo de Bo y brindemos a nuestras mascotas paseos de calidad, si se quieren tardar 10 minutos oliendo el tronco de un árbol, que se tarden esos 10 minutos, que hagan snif snif cuántas veces quieran, para eso la naturaleza les dio esas narizotas hermosas.
¡A pasear y woof woof!
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