Amados lectores, debo decirles que estos 2 días he recordado la existencia de mi nalga derecha continuamente pues me pusieron 3 vacunas, una tras otra, todo para poder gozar de mi jugoso seguro de gastos médicos en el hermoso estado de Massachusetts.
Ya había olvidado por completo esa ansia que se siente minutos antes de saludar a la jeringa, la misma sensación que conocí en la antesala del pediatra a mis escasos años, oh sí, cuando por más juegos y juguetes que hubieran en el consultorio yo sabía lo que me esperaba al otro lado de la puerta; una aguja enorme lista para perforar mi pequeño y joven trasero. Recuerdo haber intentado negociar con mi pediatra varias veces, le decía: "En el brazo doctor. ¡Pero en las pompas no por favor!". Mis habilidades, entonces, sólo me alcanzaron para decidir si me iba a pinchar la pompa derecha o la pompa izquierda, y para una paleta arco-iris por supuesto jajaja.
Qué injusto, esta vez me tocó triple piquete y; ¿No hubo paleta arco-iris? (Demonios estoy tratando de ser chistosa pero ando viendo la película más triste que puedan imaginar en HBO y ya estoy sintiendo que extraño a mi pediatra jaja).
En fin, me despido people.
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