Lo que me ha pasado en Boston es que de pronto me sorprendo apreciando eventos muy sencillos de la vida, eventos que en México tal vez se escondían o que igualmente estaban allí pero por alguna razón no los podía ver. Y qué curioso es...
Hoy me llena espiritualmente compartir las tardes con nuestros nuevos amigos, ver los ojos maravillados de Bo cuando ve los gansos nadar en el río, discutir con McCookie los temas controversiales de su clase de ética, preparar el café por las mañanas... Con decirles que hasta he comenzado a observar los pájaros, a realmente observarlos si saben a qué me refiero.
Les aseguro que uno se lleva, la mayoría de las veces, muy gratas sorpresas cuando pone atención en el color del cielo, en las formas de las nubes, en el sonido de las hojas cuando sopla el viento, en los ingredientes de un espléndido ravioli o en el sabor de un beso mañanero. En otras palabras, la calidad de los momentos la van a encontrar en los detalles, si logran ver eso, se van a dar cuenta de que cada día es único y de repente dejarán de comprender el significado de la palabra "rutina".
Por eso; ¿Quién se anima a ser feliz con poco mañana? ¿Quién se atreve a sentirse agradecido con cada despertar? ¿Quién de ustedes hoy va a tomarse unos segundos para mirar el cielo ? ¿Quién le va a dar prioridad al amor 2 horas diarias? ¿Quién?
No es fácil, ya lo sé, pero hay que intentarlo. Cuántas veces no nos han repetido que sólo tenemos una vida y hacemos caso omiso. Hace unos días estábamos McCookie y yo paseando a Bo y comentábamos que pronto íbamos a cumplir nuestro primer año de casados, ambos coincidimos en lo rápido que estábamos llegando a esa fecha. Y sí, 12 meses de matrimonio han sido un suspiro. Pensar en ello me llevo a concebir la probabilidad de que mi historia con McCookie bien podría durar unos 50 suspiros más, si la vida nos lo permite...y 50 suspiros, no son nada. Entonces, caí en la cuenta de que la vida humana es intensa, hermosa pero qué es corta.
Ignoro si hay algo después de la muerte, pero cada día que pasa entiendo más porque estamos empeñados en creer en cosas tales como la resurrección y la reencarnación... La vida se acaba y con ella terminan las historias de amor, las historias de felicidad, las historias de esfuerzo, todas las historias.
Apreciar las cosas más simples, entender su belleza y poder recordar los detalles es algo que definitivamente hace los suspiros más largos...
¿Algún interesado?
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